¿Oye José Luis, qué es eso del “momento humano”? Preguntó Ausencio el médico a su hermano José Luis el psicólogo. “Es fácil, dijo José Luis, mira: Esto es lo hemos llamado empatía todo este tiempo, pero ahora está siendo investigada por una nueva ciencia que se denomina “neurobiología interpersonal” fundada a partir de lo que se ha llamado “cerebro social”.
Se ha descubierto que este “cerebro social” nos permite adaptarnos a la mente de otra persona e interactuar con ella, y esto analizando lo que sucede cuando interactúan o dialogan dos personas. Lo primero que han encontrado es la existencia de las «neuronas espejo”, las cuales reflejan internamente, como un espejo, lo que vemos en los demás: sus movimientos, y sus emociones.
Según estas investigaciones influimos constantemente en el estado cerebral de los demás, gracias a las pistas no verbales, postura, gestos, movimientos de manos, que emitimos. Con estas “espejeamos” el cerebro de las otras personas. Y se ha encontrado que, en un grupo, el emisor emocional es el individuo más poderoso quien marca el estado emocional del resto. Esto quiere decir que damos la máxima atención a lo que haga la persona con más poder. Si el líder está de buen humor, este buen humor se contagia a todos en el grupo.
“Así hermano, dijo José Luis, que efectivamente tú como médico afectas el estado emocional de tus pacientes”. En un experimento donde se filmaron interacciones entre médico y paciente, los pacientes pudieron identificar cuándo su médico había establecido un LAZO DE EMPATIA. Esto es, cuando se sentían en verdadera conexión con el médico, pues sucedía que “sus fisiologías se habían movido conjuntamente como en un baile, incluso el ritmo cardiaco del médico y del paciente se habían sincronizado.”
Esto, que se llamaba “rapport”, contiene tres ingredientes: una atención absoluta y total, una sincronía no verbal, y la compenetración en la positividad, todo lo cual hace que las personas se identifiquen.
Es a esta interacción a la que se llama “momento humano” y para lograrla debemos dejar a un lado todo lo demás y prestar atención total a la otra persona, atendiendo a sus gestos y movimientos, y buscar cercanía y afecto. Es entonces cuando decimos que hacemos “química”.
Quizá por esta razón los líderes carismáticos, que dialogan frente a frente a sus seguidores, con todas sus emociones por delante, son los más fielmente seguidos.
“Pero esto hermano, lo puedes hacer no solamente con tus clientes, sino en todas tus interacciones importantes, empezando por las relaciones con tu esposa e hijos. Hay momentos en que es necesario un diálogo profundo, para constatar la existencia de un problema o un conflicto o para tomar una decisión. Así antes que otra cosa suceda, hay que sentarse frente a frente y sin distracciones hablar con cariño sobre el asunto”.
Dos grupos que negociaban no se podían poner de acuerdo. Un experto les dijo “Dejen los celulares a un lado y vamos a dialogar cara a cara en un espacio tranquilo” en poco tiempo resolvieron sus diferencias.
Jorge Gabriel Rodríguez