Cuenta la tradición que esa imagen fue traída de España por Juan Rodríguez, compañero de Hernán Cortés. Cuando venía para América su hermano religioso le regaló la imagen de la Virgen de los Remedios para que le acompañara y favoreciera, diciéndole que él mismo había experimentado su protección en varias ocasiones.

Es así como la virgen María comenzó su odisea en los mares de América, siendo el preanuncio del acontecimiento de Guadalupe en 1531, donde su evangelización sería más plena, profunda y convincente para los nativos.

Al llegar a la capital del Imperio Azteca, Cortés ordenó a Villafuerte que colocara la imagen de la Virgen de los Remedios en un altar del Templo Mayor, donde solían efectuarse los sacrificios humanos, allí fue expuesta por unas semanas hasta que estallara la guerra y no se supo nada mas de la pequeña imagen labrada de madera.

En 1520 los indígenas se levantaron contra los españoles, se cree que Juan Rodríguez al escapar de la batalla denominada «noche triste», llevaba la imagen de la Virgen de los Remedios y la escondió en el cerro Totoltepec, cubierto de vegetación, en aquella época ahí quedo oculta, hasta que un indígena la encontró del modo como lo expresa la tradición popular.

En el año 1540 el cacique Juan Clauti paseaba por un lado del cerro Totoltepec, escucho una voz femenina muy dulce que le dijo: «Hijo mío búscame en este sitio», desconcertado no comprendió dónde debía buscarla, como esto se repitiera varias veces, fue a consultar a los padres franciscanos acerca de lo que debía hacer, ellos le convencieron de que todo era ilusión, Juan persuadido guardó silencio hasta que un prodigio vino a manifestarle la voluntad de la Virgen María.

Al derrumbarse un pilar de la iglesia que estaba en construcción, cayó sobre Juan, le llevaron casi muerto y le administraron la unción de los enfermos, por la noche creyó ver a la Virgen María que le daba una cinta para que se ciñese con ella, y así se levanto a la mañana siguiente completamente sano.

Después de algunos días Juan fue a cazar al bosque de Totoltepec y en un maguey encontró la imagen de Nuestra Señora a quien se le construyó la primera ermita.

Yepes Mariana 1994. María Primera Evangelizadora de América

IFCJ

 

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