Jesús es el “camino justo” de la vida cristiana y es importante verificar constantemente si lo estamos siguiendo con coherencia o si la experiencia de la fe se ha perdido o bloqueado en el camino. Así lo ha indicado el Papa Francisco en la homilía de esta mañana en la misa celebrada en Santa Marta.

La vida de la fe “es un camino” y a lo largo del recorrido se encuentran distintos tipos de cristianos”. El Papa Francisco ha precisado que están los “cristianos-momias”, “cristianos vagabundos”, “cristianos tercos”, “cristianos a mitad de camino”, los que se asombran delante de una bonita panorámica y permanecen quietos allí. Gente que por un motivo u otro ha olvidado que el único “camino justo” –recuerda el Evangelio del día– es Jesús, el que confirma a Tomás: “Yo soy el camino”, “quien me ha visto a mí ha visto al Padre”.

El Santo Padre ha aprovechado la homilía de hoy para hablar de estos cristianos que “no caminan” que dan la impresión de estar “embalsamados”.

Así, el Papa Francisco ha recordado que un cristiano que no camina, que no hace camino, “es un cristiano no cristiano”, “no se sabe qué es”, “es un cristianos un poco ‘paganizado’: está ahí, está quieto, no va adelante en la vida cristiana, no hace florecer las bienaventuranzas en su vida, no hace obras de misericordia… Está quieto”. Es como –ha indicado pidiendo perdón por la palabra– si fuera una “momia”, una “momia espiritual”. Al respecto ha añadido que estas “momias espirituales” están quietas, “no hacen el mal pero tampoco hacen el bien”.

También ha reflexionado sobre “el cristiano obstinado”. Cuando se camina puede suceder que nos equivocamos de camino, pero eso no es lo peor. Para el Santo Padre “la tragedia es ser terco y decir ‘este es el camino’ y no escuchar la voz del Señor cuando nos dice que no lo es y nos indica: ‘vuelve para atrás y toma el verdadero camino’”.

El Pontífice además ha reflexionado sobre la categoría de los cristianos “que caminan, pero no saben dónde van”. Así ha advertido que “son errantes en la vida cristiana, vagabundos”. Su vida –ha precisado– es dar vueltas, por aquí, por allá, y pierden así la belleza de acercarse a Jesús. Y pierden el camino porque dan tantas vueltas que les lleva a una vida sin salida: el dar demasiadas vueltas se transforma en un laberinto y después no se sabe cómo salir. “Esa llamada de Jesús la han perdido. No tienen brújula para salir y dan vueltas y vueltas; buscan”, observa el Santo Padre.

Del mismo modo ha reconocido que hay muchos que en el camino son seducidos por una belleza y se detienen a mitad de camino, fascinados por lo que ven, de esa idea, de esa propuesta, de ese paisaje… Por eso, el Santo Padre ha subrayado que “la vida cristiana no es una fascinación, ¡es una verdad” ¡Es Jesucristo!”.

El Papa ha invitado a preguntarse cómo va el camino cristiano comenzado en el Bautismo. ¿Está parado? ¿Me he equivocado de camino? ¿Estoy continuamente dando vueltas y no sé dónde ir espiritualmente? ¿Me detengo delante de las cosas que me gustan como la mundanidad y la vanidad o voy siempre adelante, haciendo concretas las Bienaventuranzas y las Obras de misericordia?

El camino de Jesús –ha concluido el Papa– está lleno de consuelos, de gloria y también de cruces. Pero siempre con paz en el alma. Finalmente ha invitado a pedir al Espíritu Santo que nos enseñe a caminar bien, siempre: “y cuando nos cansemos, un pequeño descanso y adelante. Pidamos esta gracia”.

 

Fuente: ZENIT

Comparte:

About Author