Su actitud es modesta y devota, con aire infantil, aunque majestuoso; el rostro corresponde a una jovencita de quince años.
Celaya, término que significa pradera. En el año de 1570, se colocó la primera piedra de la ciudad de Celaya, uno de los fundadores Martín de Ortega llevó consigo esta imagen de la Inmaculada y a ella dedicaron la nueva población y le dieron por nombre Villa de Nuestra señora de la Concepción de Celaya, este nombre cambió con las leyes de Reforma.
La Virgen se hizo querer en poco tiempo y en 1778 la nombraron patrona de la ciudad.
La Señora esta vestida con túnica y ceñidor y con un manto que cae por detrás de ella entre las nubes; sobre la cabellera de color castaño claro que suelta cae sobre los hombros, lleva mantilla blanca de encaje, y sobre ésta una corona. Una aureola de doce estrellas enmarca la cabeza coronada.
Mide la Santa Imagen de la planta de los pies a la coronilla de la cabeza 1.25 metros. Su actitud es modesta y devota, con aire infantil, aunque majestuoso; el rostro corresponde a una jovencita de quince años; la mirada hacia abajo es apacible y encantadora; la boca risueña con expresión de bondad; la frente despejada; las cejas, nariz y mejillas son perfectas como lo es el óvalo de la cara. Revela toda ella un tipo no definido, pero ideal, que se acerca al de nuestras incomparables mesticitas. Las manos son de buena forma y delicadas; el color rosado trigueño.
La antigua base de mundo, nubes, querubines y angelito fué obra del escultor celayense D. Basilio Fuentes, el fuego la consumió en 1904. Hizo la nueva el escultor queretano D. Diego Almaraz y Guillén. La Imagen, que entonces sufrió ligera quemadura en la punta de la nariz y en las extremidades de los dedos, fue asimismo renovada por él.